La artroscopia lleva la delantera desde mediados del siglo XX como método para visualizar el interior de las articulaciones, ver el tejido sinovial, el cartílago, ligamentos y otras estructuras articulares.

Se puede utilizar para realizar procedimientos como toma de biopsia de tejido, reemplazar y hasta sembrar células (condrocitos) para reparar lesiones osteocondrales, suturar ligamentos, extracción de cuerpos libres articulares, visualización de la articulación cuando se opera una fractura, liberación de nervios, sección de fascias plantares o musculares, limpieza articular, visualización endoscópica de los tendones que tienen vaina sinovial, procedimientos de fijación (artrodesis artroscópica).


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